Nacida tres meses y medio antes de tiempo, la infancia de Carlota estuvo marcada por importantes obstáculos. Tras ser diagnosticada con parálisis cerebral y hemiparesia espástica que afectaba un lado del cuerpo, los médicos le pronosticaron un futuro sombrío. Un encuentro casual los llevó a Shriners Children's México, lo que marcó el inicio de una atención transformadora.